sábado, 9 de abril de 2011

Sabía apreciar los ínfimos placeres.

Os voy a contar una historia tierna y triste. Es la historia de una mujer que nadie conocía de verdad, que nadie se ocupaba de conocer. Por la que nadie preguntaba si un día no llegaba. Una mujer que pasaba desapercibida entre las odiosas multitudes de personas charlatanas y ansiosas de más poder entre el resto de mortales. Una mujer que sentía cómo pasaba el tiempo entre sus blanquecinos dedos de porcelana, cómo los demás parecían ir más deprisa, a cámara rápida, mientras ella mantenía bien apretado el botón de pausa. Una mujer que en ocasiones, decían, gustaba de pasear sola bajo la mortecina y débil lluvia sin más compañía que una sonata de piano resonando en sus tímpanos. Y así, corriendo las gotas por sus sonrosadas mejillas, decía sentirse feliz. Una mujer que no quería escuchar lo que las ociosas bocas tenían que decir sobre Ella y su forma de ver la vida, siempre recogida entre cortinas bordadas. Incluso, se oyó que ella desayunaba mermelada de fresas con alegría y superación, porque, aunque fuera diferente, aunque no necesitara tener a nadie más, aunque todos la creían un bicho raro, era feliz con aquellos ínfimos placeres que la vida es capaz de darnos. Ella sabía apreciarlos.

Es más, se enamoró. Y sus días parecían pasar más lentos hasta su necesaria visita rutinaria, la de su amor y vida. Se lo daban todo. Al fin Ella tenía a alguien más que sus compañeras las gotas de lluvia, y no le molestaba esa compañía. La cambió por completo, no se sentía mal entre sus brazos ni arropada entre sus besos. Añoraba despertar entre su respiración alborotada y sus manos que pedían más y más caricias. Todo parecía perfecto. Ella se dejaba llevar por ese risueño sentimiento, pero cruel al mismo tiempo.

Porque un día de muchos otros, al amanecer, tras una larga noche de caricias de terciopelo y besos de mazapán, él se fue.

7 comentarios:

  1. Qué bonito.....realmente es una historia tierna....triste solo el final, va a seguir??

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  2. Y entonces ella volvió a disfrutar de los pequeños placeres de la vida.
    Me gusta :)
    Un beso.

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  3. Si no lo supiera diría que eres de letras... jajaja
    Qué bien narras. Pronto, tal vez, podrías contarme alguna de tus historias... ;)

    P.D.: habla con Dani, o dile que me llame, que hay novedades de romería. Un beso.

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  4. Acabo de encontrarte por el blog de Chocolate y avellanas. Y la verdad, me encanta como escribes, y este texto me ha llegado mucho.
    Asi que con tu permiso, te pondre en mi blogroll y me ire pasando a poquito para poder leerte.
    Un besito :)

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  5. Una forma de ver la vida muy dulce y paisada, disfrutando. Me gusta blog, me iré pasando.

    Besitos.

    www.agujerosenlamemoria.blogspot.com

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  6. Aww que tierna historia, pero lo triste fue que el se fue, y que sucedio con ella, ¿Siguio siendo la misma de siempre?

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  7. Buenas! Vengo a presentarte una iniciativa que quizás te interese. Se ha creado recientemente un blog en el que los pequeños blogs se pueden dar a conocer. Con pequeños blogs me refiero a blogs que tengan menos de 50 seguidores. Participar es muy fácil, simplemente dirígete a la dirección del blog http://elsemillerodeblogs.blogspot.com/ y sigue los pasos que en él se dicen.
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    Un saludo, Pía Baroja.

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