A veces, me da por mirar más allá de la ventana, de este primer plano. Observo esos caminos no frecuentados e inhóspitos, aquéllos que dejamos de recorrer, que quedan columpiándose en el limbo. Esos que caminos que podríamos haber tomado si, en esa bifurcación que pasamos por alto, hubiéramos parado, al menos por un leve instante, nuestros ávidos pasos y replanteado qué dirección tomar, hacia donde guiar algo tan sensible como nuestras vidas.
Minuto tras minuto, decidimos, tomamos una única dirección, apartando esos caminos secundarios cuya historia jamás será escrita. Decisiones repentinas, imprevistas, que no importan, o pensadas durante demasiadas noches en vela, que conllevan consecuencias, dudosas, obligadas, que nadie puede asegurar que seran las correctas o no. Simplemente, marcarán a cada momento ese trazado que guía nuestro camino.
Por todo ello, dedico estas líneas a esos caminos olvidados, que ya no verán llegar su segunda oportunidad. Quizás sea lo mejor (?).
